Anassa Eneroi – El Sendero Infernal de Hécate
Una lección de diabolismo y el Sueño
por Michael W. Ford
En muchos de mis escritos más conocidos, artículos y disertaciones, soy bastante claro en dictar que el iniciado aspirante aplique la razón y centre el ser en todos los trabajos iniciales; ese propósito es definido con registros consistentes. El siguiente artículo es una exploración del arte artificioso como este me encontró, además del sendero que se iluminó a sí mismo ante mí ser. Puedo atestiguar sobre el sabbat astral; mi descubrimiento de este hace muchos y la entrada que se encuentra a sí misma a través de mí que nunca ha abandonado mi memoria. Hasta esta la fecha, continuo con el proceso de definir el arte de mi padre, llamado el Diablo; aunque el manto medieval de inspiración ofrece poco para la expansión de la mente. El Sabbat Infernal, no obstante, es importancia en el despertar iniciático. En el grado de la iniciación del Sabbat Infernal, Lucifer es la diosa oscura que porta la antorcha en las encrucijadas, iluminando e instruyendo sobre magia(k) y los ritos infernales nigrománticos. Ella instruye primero por medio de la atmosfera, y luego, los instintos del Adepto Negro serán como su voz.
En el vacío del caos no existe el descanso, los sueños y las pesadillas fluyen a través del flujo en coagulación del tiempo. En estas venas abiertas que fluyen con la sangre de la serpiente, el “caos” es canalizado hacia el “orden” temporal. Esta “orden” se manifiesta en la mente inconsciente del Adepto Negro, a la espera de tomar carne por lo daemoniaco. Lo daemoniaco aquí se define como la “otredad” primordial que la mayoría de los seres humanos intentan suprimir; la oscuridad interna que es nuestro fundamento de supervivencia y el poder de conquista para ascender hacia un estado más poderoso de ser. La bestia primordial se viste en el aspecto terrorífico de numerosos animales y reptiles dependiendo de nuestra naturaleza, y es la piel misma de Nuestro Señor el Diablo, que es entendido por los del Culto de la Brujería Luciferina como nuestro Daemón u Hombre Negro del Sabbat.
Al buscar el sendero de poder en nuestro círculo artificioso, no necesitas un iniciador para todos los efectos y propósitos del sendero. Busca este camino por ti mismo si fuiste elegido, si tu Daemón busca elevarse de la fosa abísica de oscuridad interna. Hécate Fosforus1 es la bruja-madre que por su fuego despierta al durmiente inactivo hacia el culto de los sueños, o pesadillas para otros2. Ella es beneficiosa y maléfica, su hambre es saciada con la sangre de la inocencia: porque ella busca iniciar y crecer en su poder. Ella es Anassa Eneroi, la Diosa de los Muertos, por lo que su sabiduría es estratifica en diversas avenidas. De lo Daemoniaco, ctónico y nigromántico, sus orígenes vienen desde los encantamientos babilónicos e himnos hablados3:
“Señora de la Tierra, te ofrezco libaciones de agua
Reina de Irkalla, te ofrezco el humo del incienso,
Ereshkigal, te envío mi voz.
Envíame las pesadillas de tu presencia,
Para que pueda tener una visión de tu divinidad…” La Lujuria de Ereshkigal” de MASKIM HUL – Babylonian Magick
Ella florece en el periodo grecorromano e incluso con mayor fuerza en el periodo oscuro al medieval. En una época en donde las mujeres eran rechazadas y detestadas, Hécate encuentra sus manifestaciones en numerosas máscaras deíficas.
En la siguiente invocación a Anassa Eneroi, el Adepto Negro deberá encontrar un cementerio que sea estéticamente adecuado y de preferencia antiguo y descuidado.
Es imperativo encontrar una tumba hundida, en donde el ataúd haya colapsado y exista una obvia impresión en el suelo. Llevarás miel y agua, agua de rosas e incienso de Hécate. Si tienes el coraje, córtate o lleva un poco de sangre tuya almacenada y llévala al cementerio. Si eres una dama, recoge un poco de sangre menstrual y viértela al muerto. Los pasos rituales son sencillos y fáciles de realizarse en el cementerio.
El Adepto negro deberá tener un fetiche especial para atar a un espíritu y para que este sea una puerta de entrada hacia el sueño sabbatico con Hécate; sugiero una muñeca hecha especialmente, un fragmento de hueso humano decorado con el epíteto de Hécate o algo similar.
La Invocación a Anassa Eneroi
Te invoco, Diosa de los que están abajo,
Cuyos nombres son muchos, cuyo poder es grande,
Brimo, la terrible, Fosforus, la portadora de la antorcha,
Quien trae conocimiento a aquellos que iluminan la antorcha interna,
Quienes encuentran placer y substancia en la oscuridad, convirtiéndose en los portadores en ascensión,
Nyktipolo, diosa errante de la noche, Khthonie, abre los caminos de fantasmas,
Busco la compañía de las sombras que deambulan los senderos oscuros de Hades
Te invoco nyktipolos khthonie, ¡Reina de los Muertos!
Te ofrezco la libación de miel y agua, para nutrir a tu compañía,
Ofrezco mi sangre para alimentar a las sombras de los muertos, para que sea unan a mí por este objeto sagrado
Por la noche y el sueño te llamo, ¡háblame en las profundidades!
Soy un Adepto negro de Nekromakia, cubierto en la mortaja de los muertos.
Te ofrezco fumigación (incienso) en honor tuyo, Gran Diosa Oscura.
Por los cuatro vientos, por los caminos de las tumbas de la antigüedad,
Abre las moradas del tártaro, ¡llamo a las fauces insaciables de Mors!
Hécate, te invoco por tu nombre antiguo, oculto así de lo obsceno,
Soy un iniciado de tu sendero, Lamashtu, hija de Anu, el elegido de los dioses,
¡Lilith, me ganaré tu concilio y te honraré sobre esta tierra!
¡Vierto ahora las últimas gotas de libación hacia ti, Hécate!
¡Qué así sea!
NOTAS:
Al regresar uno a casa desde el cementerio o locación remota, los sueños comenzarán la primera o segunda noche. Meditar sobre Hécate con el objeto fetiche cada noche te acercará más a ella. He llevado a cabo una variación de este trabajo durante muchos años para encontrar tras un periodo dedicado que ella está contigo casi siempre, al igual que el Daemón o la voluntad instintiva. La tradición de la nigromancia tiene sus primeros orígenes con Lamashtu, quien es el origen de Hécate4.
El “Adepto Negro de Nrkromantia” es el individuo que se inició a sí mismo en la práctica nigromántica al igual que en la tradición de la antigua práctica ritual mesopotámica y griega.
1. Un epíteto de culto de Hécate es en algunas ocasiones “eosforos”, la portadora de la luz. Llamada así por sus antorcha, ella otorga sabiduría a aquellos lo suficientemente valientes y fuertes como para caminar por el sendero sombrío de sus muchas máscaras deíficas.
2. El no iniciado. Así como la iniciación está en curso, Hécate envía continuamente pesadillas como los misterios de tareas iniciáticas.
3. He enlazado extensas asociaciones por medio de investigaciones y trabajos mágicos(k): ver ‘Maskim Hul-Babylonian Magick’.
4. Ver ‘Maskim Hul-Babylonian Magick’ y ‘Some Cults of Greek Goddesses and Female Daemons of Oriental Origin’ por David Reid West.